miércoles, 5 de enero de 2011

¿Qué son los radicales libres y por qué son dañinos para el organismo?

¿Qué es un radical libre?

Se trata de un átomo o molécula (conjunto de átomos) con dos o más electrones desacoplados. Hay que recordar que los electrones gravitan alrededor del núcleo del átomo, al igual que los planetas alrededor del sol, solo que acoplados. Si uno de estos electrones, por cualquier motivo, se sale de su órbita, la molécula se convierte en un radical libre, altamente inestable y energética. Para recuperar dicha estabilidad, tiene que “robar” un electrón a otro átomo vecino (un proceso denominado oxidación), lo que hace que éste se vuelva reactivo, y así sucesivamente.

Es entonces cuando se inicia la llamada reacción en cadena, un acontecimiento muy rápido y altamente destructivo que representa una seria amenaza para las células vivas y para el organismo. Si se permite que esta reacción continúe, derivará en un proceso inflamatorio, lo que activará diferentes sistemas de descomposición, como enzimas, hormonas, lípidos de membrana, etc.

¿Por qué aparecen los radicales libres?

Los radicales libres pueden aparecer por diversos factores. Para los atletas, cuya capacidad respiratoria está mucho más desarrollada de lo normal, el riesgo es mayor, ya que pueden usar entre 12 y 20 veces más oxígeno por minuto que las personas sedentarias. Puesto que de todo el oxígeno inspirado solo cerca de un 5% se transforma en ión superóxido, podemos deducir que la formación de radicales libres en los atletas es muy alta.

Sin embargo, el consumo de oxígeno no es la única causa de la creación de radicales libres. La falta transitoria de este gas en los tejidos, resultante de levantar pesas o de realizar ejercicios anaeróbicos (como los ciclistas, por ejemplo) puede aumentar los iones de hidrógeno que, a su vez, reaccionan con los superóxidos produciendo especies reactivas de oxígeno adicionales.

Pero la formación de radicales libres también puede estar causada por el estrés y por la exposición a productos tóxicos ambientales (como las dioxinas liberadas por las fábricas de productos químicos o el humo de los automóviles). Otras fuentes son los rayos X, los rayos ultravioleta y el tabaco. Los radicales libres también se pueden formar a partir de la carne y del pescado a la pancha o de alimentos fritos a altas temperaturas o en aceites demasiado usados.

Principales radicales libres

Los radicales libres más reactivos son los siguientes:

Ión superóxido – Se forma a partir de oxígeno.

Radical hidróxilo – Se forma a partir de peróxido de hidrógeno. Está considerado el más peligroso de todos.

Oxígeno singleto – Se produce cuando la luz ultravioleta o el ozono afectan a las células del organismo.

Todas estas moléculas reactivas deben eliminarse para poder conservar la vida celular.

Objetivos de los radicales libres

Proteínas – Las moléculas que componen las proteínas son los bloques de construcción de las células, por lo que son necesarias para la buena salud del organismo y para reparar lesiones y tejidos dañados. Las proteínas pueden ser enzimas (proteínas estructurales), como el colágeno o la elastina, que se encuentra en la piel. Cuando las proteínas de la piel resultan agredidas, surgen las arrugas y el envejecimiento de la epidermis. Otros ejemplos son las proteínas del sistema inmunitario, que nos protegen de las enfermedades, o las que forman parte de la composición de las hormonas, que regulan el crecimiento y el metabolismo.

Lípidos – Estos nutrientes están en la composición de las membranas celulares, transmiten información intracelular y transportan señales entre las células. Uno de los ejemplos más típicos del ataque a los lípidos es la llamada lipoperoxidación, en la que se ven afectados los ácidos grasos del colesterol HDL (colesterol malo) y que puede producir aterosclerosis, enfermedades cardíacas o incluso ataques al corazón.

ADN – Las moléculas que forman el ADN contienen toda la información genética de nuestro cuerpo. Los daños provocados por los radicales libres en el ADN pueden afectar gravemente nuestra esperanza de vida al causar mutaciones en el ADN celular. Así, los radicales libres pueden provocar aterosclerosis, enfermedades cardíacas, cáncer, cataratas, debilitamiento del sistema inmunitario, envejecimiento de la piel, pérdida de memoria, alzhéimer, etc.

En los atletas, las lesiones musculares y la dificultad para recuperarse después del entrenamiento son los problemas más comunes provocados por los radicales libres. Para proteger el organismo de estos invasores, es necesario consumir suplementos antioxidantes.